El mundo celebra el 1150° aniversario de Al-Farabi

Al-Farabi fue un filósofo de inmensa profundidad científica y espiritual, con su pensamiento unió Oriente y Occidente superando sus diferencias con un acercamiento racional y armonioso al mundo. Considerado un Aristóteles medieval este año celebra su 1150 aniversario.

Los tratados de Al-Farabi cubren la más amplia gama de temas científicos, su legado, que se remonta a la filosofía griega antigua inspiraron a pensadores europeos como el filósofo y teólogo del siglo XIII Tomás de Aquino quien fue canonizado por la Iglesia Católica.

Al-Farabi nació y se crió en el mundo musulmán del siglo IX, era una figura poco convencional con una mentalidad que iba más allá de los preceptos de su época. Este gran filósofo logró crear una síntesis intelectual muy moderna e interesante sobre las visiones del mundo musulman, cristiano y precristiano a través de la ciencia.

Interesado en comprender el lugar del hombre en el Universo, Al-Farabi, según Aristóteles, puede definirse como un “Maestro del autoconocimiento”.

Sus obras abarcan diversas áreas del conocimiento humano, todas ellas unidas por la “imagen del mundo”, la relación entre las personas y su origen común, el sentido de su existencia y su propósito en la vida. Según Al-Farabi, el origen de todo comienza con Dios (mente) y esto explica la relación entre lo divino y los seres vivos, habla de la unidad del mundo y el lugar del hombre en él para encontrar una conexión, unir y considerar todo en su conjunto, esta es una de las principales ideas orientadoras de Al-Farabi, “todo lo que existe tiene un lugar especial, según su propósito”.

De esto se deduce que todos pueden realizarse como una pequeña parte del intelecto mundial y que uno no puede separarse del otro o desacreditarlo, sino ser consciente de su participación en todo lo que sucede y en la vida de los demás.

Este concepto está relacionado con la idea de armonía de Al-Farabi, quien también se ocupó de la música. Para comprender hasta dónde llega el pensamiento del filósofo, los científicos analizan su contrario: la desarmonía, que conduce a una falta de la integridad en la persona y en las relaciones entre religiones y pueblos provocando guerras y caos.

Al-Farabi no habla directamente sobre la guerra y la paz, pero su visión del mundo, tomada de la investigación de la lógica, lleva a la conclusión de que “el Universo existe sin conflictos”, porque “una persona armoniosa que es consciente de su lugar en el Universo simplemente no puede ir a la guerra”.

“La integridad de una persona es la construcción de relaciones con otras y entre naciones, adquirir  conocimientos sobre el mundo los unen en todo momento y tal visión puede salvarlos”.

Después de 1150 años, cuando las tensiones religiosas volvieron trágicamente a un primer plano, Al-Farabi sigue siendo un filósofo moderno de pleno derecho.