Lewis Hamilton, Sebastian Vettel, Fernando Alonso y Romain Grosjean, son solo algunos de los pilotos que han celebrado sus más grandes victorias junto a G.H.MUMM, el champagne número uno en Francia.
Sinónimo de victoria, búsqueda de la excelencia y celebración, G.H.MUMM Cordon Rouge comienza su asociación con el Grand Prix de la Fórmula 1 en el año 2000, dando inicio a uno de los patrocinios más grandes en la historia del champagne. Hace 15 años se firmó el acuerdo entre la casa de champagne y All Sport Management, convirtiendo a G.H.MUMM Cordon Rouge en el champagne oficial para la celebración en los podios de la Fórmula 1.
Desde ese año, una botella de G.H.MUMM Cordon Rouge espera a cada ganador en el podio para realizar uno de los rituales más representativos del mundo del automovilismo deportivo; aquél momento en el que los pilotos de la Fórmula 1 suben al podio salpicando al público y sus compañeros para celebrar su victoria. Una celebración de éxito que es compartida por más de 2 billones de personas cada temporada de Fórmula 1.
EL ORIGEN DE LA CELEBRACIÓN:
La tradición de pagar tributo al ganador de un Gran Premio con una botella de champagne comenzó en 1950. Ese año, por primera vez, Reims fue sede del Gran Premio de Francia en el circuito de Gueux con vistas a la Campiña de Champagne. Al ser una bebida representativa de la región, el ganador recibió una botella de champagne para celebrar su victoria. Dando comienzo a la historia de amor entre uno de los vinos más exclusivos y una de las carreras más emocionantes del mundo deportivo.
Ese día, la botella de champagne estaba caliente cuando el ganador de la carrera de 24 horas de Le Mans 1966, Jo Siffert, subió al podio. El corcho se desprendió inesperadamente debido a la presión ocasionada por la temperatura, rociando de champagne a los espectadores. Al año siguiente, Dan Gurney, ganador de la misma carrera, repitió el gesto de Siffert de manera deliberada.
El gesto fue adoptado rápidamente entre los campeones de F1 alrededor del mundo, haciendo parte indispensable del ritual de victoria el rociar a los espectadores y compañeros de champagne en el momento de celebración en el podio. Siendo G.H.MUMM Cordon Rouge el champagne de la victoria cuando Jackie Stewart subió al podio del Gran Premio de Italia en Monza.
Este ritual continúa hasta el día de hoy, convirtiéndose en una tradición que es compartida con los espectadores de este arriesgado y elegante deporte cada temporada de Fórmula 1.
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