Es uno de los platillos mexicanos de temporada más esperados del año, debido a que la mayoría de los restaurantes sólo lo elaboran en los meses de julio, agosto y septiembre, principalmente por la cosecha de algunos de sus ingredientes principales: como la granada y la nuez de castilla.
Este platillo en esencia se conforma por un guiso de carne molida de res y cerdo con frutas como manzana, pera, plátano, durazno, almendras, especias y nueces de castilla, pretendiendo que estas últimas sean de cosecha reciente para resaltar esas espectaculares notas en la nogada.
Pero te has preguntado, ¿de dónde salieron los Chiles en Nogada?…
Diversas historias concuerdan que fue una creación de uno de los conventos novohispanos en Puebla durante la época de la Colonia, en honor al primer emperador del Imperio Mexicano Agustín de Iturbide; quien en su paso por Puebla de camino a la Ciudad de México con su Ejército Trigarante en 1821, festejó su cumpleaños con este delicioso platillo hecho por las monjas agustinas del convento de Santa Mónica, quienes decidieron retomar los colores del uniforme de los soldados: verde, blanco y rojo, creando el Chile en Nogada en el mes de septiembre.
Hay otra versión en la que se afirma que tres soldados del Ejército Trigarante tenían novias originarias de Puebla, las cuales crearon un platillo con los colores de su uniforme para recibirlos después de su gran triunfo en la batalla de Independencia.
Ambas historias se han convertido en mitos que envuelven a los Chiles en Nogada en un contexto histórico y cultural, con ingredientes únicos como los pimientos de la zona de San Martín Texmelucan, la nuez de Calpan y los frutos de la región de los volcanes; que en conjunto representan la identidad mexicana y portan los colores de la bandera de la independencia de un pueblo naciente.
La primera receta de los Chiles en Nogada, como se conocen en la actualidad, puede encontrarse en el libro “El cocinero Mexicano” de 1831, donde se mencionan los siguientes ingredientes: chiles poblanos, asados, pelados y limpios, rellenos con un picadillo a base de carne de cerdo, cebolla, ajo, jitomate, frutas de la estación, almendras, nueces, piñones y diversas especias; junto con la salsa para bañarlos, con nueces de Castilla frescas bien peladas y molidas con un poco de azúcar, mezcladas con leche y un poco de vino de jerez; adornados con granos de granada y un par de hojas de perejil.
Si bien la receta ha tenido ligeras modificaciones con el paso del tiempo, restaurantes como El Portón, que buscan enaltecer y salvaguardar la gastronomía mexicana, mantienen el sello y sabor distintivo de este platillo tan simbólico y tradicional en nuestro país.
Por ejemplo, el chile en nogada de El Portón viene capeado y relleno con exquisita carne molida, frutas caramelizadas, almendras, nueces y especias, generosamente bañado con una nueva salsa de nogada perfumada al jerez, espolvoreado con dulce granada y perejil fresco.
Por ello, a partir del pasado 23 de julio y hasta el próximo 30 de septiembre, los más de 60 restaurantes de El Portón que hay en México tendrán este delicioso platillo en horario de comida y cena, tanto de manera individual como en paquete.
A continuación, la receta del auténtico chile en nogada:
Ingredientes: Chiles poblanos, carne molida (res y cerdo), ajo, cebolla, frutas secas, almendras, acitrón, pasitas, jitomate, sal, pimienta, hierbas de olor, nuez, queso, leche, azúcar, jerez, vino blanco, vainilla, granada y hojas de perejil fresco.
Preparación:
1) Selecciona cada ingrediente cuidando su frescura.
2) Sofríe la carne molida con ajo, cebolla, frutas secas, almendras, acitrón, pasitas, jitomate, sal, pimienta y hierbas de olor, reserva.
3) Escalfa los chiles poblanos, tatemándolos sobre la flama de la estufa hasta lograr un color quemado en su piel, retira cada Chile con unas pinzas, cuidando de no romper el rabo. Coloca los chiles en un recipiente seco y tápalos por 5 minutos, después retírales todo lo quemado a chorro de agua, realiza un corte a lo largo de cada Chile para retirar venas y semillas, seca cada chile con un trapo limpio y seco, reserva.
4) Rellena cada Chile con la preparación de carne molida, asegurando que no tenga exceso de jugo y evitarás que afecte al capeado.
5) Revuelve cada chile en harina de trigo y sacúdelos dando pequeñas palmaditas para retirar los excesos.
6) Prepara el capeado, separando la clara de las yemas; bate las claras a punto de turrón y después incorporar las yemas en forma envolvente. Calentar suficiente aceite en un sartén, cubrir los chiles con el capeado, quitar exceso y freírlos, escurrir muy bien.
7) Para la salsa, licúa nuez, queso, leche, azúcar, jerez, vino blanco y un toque de vainilla, hasta obtener una textura ligeramente espesa y sin grumos.
8) Desgrana la granada y deshoja el perejil liso.
9) Acomoda el Chile caliente recién capeado al centro de un plato, salsea abundantemente con la salsa nogada, espolvorea por toda el Chile la granada y finalmente decora con 6 hojas de perejil fresco y sirve de inmediato.