por La frase “eres lo que comes” toma más sentido si se revisa detenidamente el valor nutricional de los alimentos que consumimos. Sólo basta con poner atención a los etiquetados para saber que ciertas sustancias no contribuyen del todo a nuestra nutrición.
Aunque parezca que hacer la transición hacia una dieta más sana con 0% de comida chatarra es imposible, recuerda que cuidarte a ti mismo es una tarea que traerá beneficios a largo plazo. ¡Empieza desde ahora y tu cuerpo te lo agradecerá toda la vida! Por esa razón, te compartimos cinco recomendaciones que te ayudarán a mejorar tu alimentación.
1.- No caigas en la trampa. El psiquiatra Judson Bewer en su conferencia “A simple way to break a bad habit“ de TED Talks explica cómo consumir ciertos alimentos se convierten en hábitos automáticos. Brewer señala que nuestro cerebro recuerda qué acciones nos hacen sentir bien.
Un ejemplo de sentirse bien sería comer algo extremadamente dulce porque produce sustancias neuronales de placer. Por eso cuando nos sentimos mal, el cerebro nos indica que debemos comer alimentos con alto contenido de azúcar, ya que podría ayudar a “mejorar” nuestro estado de ánimo.
De hecho, ¡tu cerebro es el primer órgano que la comida chatarra engaña! Ello debido a que sus ingredientes aditivos liberan dopamina, la cual te exige una mayor cantidad a medida que la ingieres. El primer paso para salir librado de la junk food zone es convencer a tu mente de que no son saludables este tipo de alimentos para tu cuerpo. ¡Vamos, tú puedes!
2.- Las bondades de la naturaleza. Guíate por aquellos productos frescos como las frutas, las verduras, los frutos secos o las legumbres para comenzar a depurar tu cuerpo. Estos alimentos te ayudarán a combatir los efectos negativos de la comida chatarra en las células y tejidos. Si comienzas a incorporar estos alimentos en tu dieta, estamos seguros de que te sentirás con mayor vitalidad que antes.
3.- Anticipa las tentaciones. ¿Antojos de frituras por la noche o de unas galletas con café por la mañana? Haz una lista de alimentos saludables (como granola, semillas o productos deshidratados) para comprar en la tienda y planea cómo usarlos a lo largo de la semana en casos de emergencia. Esto te ayudará a responsabilizarte y a mantenerte alejado de las tentaciones.
4.- Prueba con alternativas. Nadie dijo que debías sacrificar el gusto por la salud. Actualmente existen opciones de productos con increíble sabor y que puedes probar sin sentir culpa porque están elaborados con ingredientes orgánicos o naturales que aportan al mantenimiento de tu cuerpo.
Muchos de estos artículos son más accesibles que nunca gracias a marcas como YEMA, el primer supermercado consciente de México. En su sección de botanas encontrarás alimentos deshidratados, bajos en gluten o sodio, y sin saborizantes que incluye chips, palomitas, o churritos para que los caprichos del estómago también sean saludables.
5.- Es una cuestión de voluntad. Christopher Murray, coordinador de investigación en el Instituto de Evaluación y Métricas de la Salud de la Universidad de Washington, ofrece una recomendación invaluable para adoptar una alimentación más sana. Él señala que en lugar de obligar a la gente a dejar por completo la comida chatarra, lo ideal sería alternar poco a poco con alternativas saludables.
Es probable que tu cuerpo se rebele contra este cambio, y que más de una vez quieras volver a probar la comida procesada. Te sugerimos hacer esta transición de manera dosificada, en la que poco a poco dejes atrás los alimentos chatarra. De hecho, si eres de los que su talón de Aquiles es el refresco, prueba con agua de sabor o tés, un día sí un día no hasta que te acostumbres. Cuando menos lo notes habrás olvidado el sabor de las bebidas azucaradas.
No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy
En el artículo The Extraordinary Science of Addictive Junk Food,publicado por el New York Times, se especifica que el antojo por la comida chatarra es una poderosa reacción fisiológica. Su autor, Michael Moss, indica que en la medida que el cuerpo se descontamina de alimentos manufacturados, es más fácil decirles adiós.
Ahora ya lo sabes, al modificar tu alimentación y diversificar tu dieta obtendrás todos los nutrientes que requieres, te sentirás con más energía y dormirás mejor. Dar el primer paso es lo más difícil, pero una vez que tomes el ritmo, no habrá nada que te detenga. Sin duda, la aventura de optar por nuevos hábitos alimenticios te ayudará a tener un futuro saludable y lleno de vitalidad.
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