5 consejos para que la comida en el trabajo sea saludable y accesible

El momento de compartir los alimentos se ha caracterizado durante siglos como un espacio predominantemente familiar, amistoso y para socializar con personas que nos interesan ya sea por negocios o por razones personales. Muchas personas comen con sus compañeros de trabajo y la industria alimenticia ha sabido colocarse alrededor de las oficinas, convirtiendo la decisión de con quién y a dónde comer en un predicamento diario entre seguir los antojos, comer con quien nos interesa o mantener una alimentación balanceada. Para evitar que nuestro salario se vaya en la alimentación y que el cuerpo lo resienta, te brindamos cinco trucos para lograr comer de forma saludable y accesible.

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  1. Come entre comidas (colaciones).

A pesar de lo que nuestras madres y abuelas nos repitieron hasta el cansancio que no, la realidad es que es importante comer entre comidas. Entre el desayuno y el almuerzo pueden pasar más de seis horas y para el momento de decidir qué comer, tenemos demasiada hambre y optamos más por impulso que por necesidad nutricional.

Si mantenemos una ingesta constante de alimentos cada tres o cuatro horas, entonces podemos comer tranquilamente a la hora del almuerzo algo ligero, saludable y no costoso, porque sabemos que volveremos a comer dentro de poco y no pensar que cenaremos hasta dentro de seis o siete horas.

La comida entre comidas debe ser una cantidad moderada y fácil de transportar: una fruta, nueces, una barra energética, un helado de yogurt, unos rollitos de jamón, etc.

  1. Planea tu comida del día siguiente.

Habla con tus compañeros de trabajo, con tus amigos, socios o familiares y planea a qué lugar irán. De esta manera puedes decidir con antelación qué desayunar, qué colaciones llevar al trabajo y también qué cenarás en casa.

  1. Busca las ensaladas.

Una buena ensalada no solo es rica, también puede ser muy nutritiva. En algunos restaurantes o áreas de comida rápida hay barras de ensalada, la lechuga casi es ilimitada, asegúrate de ponerle algún tipo de proteína (vegetal o animal) y mesúrate en los aderezos, aunque el vinagre balsámico, el limón y el aceite de oliva pudieran utilizarse sin problema.

  1. Lleva envases con comida casera.

Pareciera que regresamos al patio de la escuela con nuestras loncheras y la comida preparada, pero en realidad no es mala idea llevar la comida de nuestra casa. Es la única que sabemos exactamente de dónde proviene, podemos controlar la cantidad de los ingredientes, el sabor y el tipo de comida. Aparentemente lleva más tiempo en casa prepararla, pero si nos organizamos, podemos cocinar comida que sepa bien en frío, aunque ahora en las oficinas también hay hornos de microondas.

  1. Consiéntete una vez cada 15 días.

Date el gusto de comer lo que quieras, donde quieras y con quien quieras, porque finalmente la vida es para disfrutarse. Eso hace que tenga un sentido cuidarse durante 14 días, porque al día siguiente habrá una rica recompensa culinaria.

Por la Dra. Marilú Acosta.